La 65.ª edición de los premios Fernández Latorre distingue a la científica Marisol Soengas
El Museo de La Voz de Galicia acogió edición número 65 de los premios Fernández Latorre. Con la presencia del presidente de La Voz de Galicia, Santiago Rey Fernández-Latorre, del titular de la Xunta, Alfonso Rueda, y de otros invitados que representan los distintos ámbitos de la sociedad gallega, se ha entregado el galardón de este año a la investigadora contra el cáncer Marisol Soengas. Nacida en Agolada y criada en A Coruña, es una de las científicas españolas más influyentes a nivel mundial, por su trabajo sobre el melanoma.
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Vídeo: 65.ª edición del Premio Fernández Latorre
Soengas recibió el premio de manos de Santiago Rey, que en su intervención destacó a la premiada como una «mujer pionera» que ha logrado «un lugar de oro en la ciencia internacional» y que «encumbra a Galicia». Y resaltó su dedicación y su optimismo. En su discurso, el presidente de La Voz de Galicia también se ha referido a los momentos complicados que se viven en la actualidad, con conflictos bélicos en varios puntos del mundo, mientras dentro de España «se concede la impunidad, que es lo contrario a la igualdad entre las personas. O cómo se favorecen las diferencias entre territorios en un país que solo prosperó cuando trabajó unido».
En el acto también intervino el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. «Galicia enorgullécese de que Marisol Soengas sexa un dos nosos, unha galega coma nós», proclamó. Hizo suyas las palabras del científico Ángel Carracedo, que definió a la investigadora como «o sorriso da ciencia que contaxia ilusión» para luego añadir que Soengas «derrota cada día a enfermidade, e ao mesmo tempo derrota todos os días o pesimismo». Rueda comparó la lucha de la científica contra las enfermedades con la lucha contra la incomunicación y la desinformación que practica o «bo periodismo». En esa línea, destacó el papel de Santiago Rey y de La Voz de Galicia de «crear pontes cada día», y contribuir a que Galicia «sexa máis grande, máis forte e máis nosa».
Por su parte, la galardonada mostró su agradecimiento y su emoción por el premio, destacando la importancia de comunicar a la sociedad los avances de la ciencia y el trabajo de los científicos, una labor que, dijo, deben asumir los propios investigadores, pero en la que también resaltó el papel importantísimo de los medios de comunicación. «En un mundo de inmediatez y de presión por los clics y los likes y con ChatGPT y la IA penetrando en todos los ámbitos debe apoyarse el periodismo especializado y riguroso en ciencia».
Marisol Soengas también realizó dos peticiones al nuevo Gobierno: que deje la visión cortoplacista, sujeta a vaivenes políticos, y que España alcance, por primera vez en su historia la media europea en I+D+i. También reclamó romper las barreras de género y más políticas para atraer y retener el talento joven. «Eu quero que soñemos todos, porque podemos soñar. A comunidade científica traballa cun horizonte dun 70 % de supervivencia global en cáncer para o ano 2030. Señores, señoras: a ciencia serve. Impulsémola y comuniquémola como se merece», concluyó.
Los discursos de acto
- Santiago Rey Fernández-Latorre: Un ejemplo que encumbra a Galicia
- Marisol Soengas: Neniña, la ciencia que estudias, sirve
- Alfonso Rueda: Galicia enorgullécese dela, o sorriso da ciencia
Mujer, gallega, y orgullo del mundo
No tenía las cartas a favor Marisol Soengas cuando vino al mundo en una aldea de Galicia; nadie de su familia pertenecía al ámbito científico ni tenía un entorno universitario que alentase ese futuro. Pero esa niña, que quedó impactada a los 5 años por unos tubos azules burbujeantes en una película, les pidió a sus padres que le compraran un juego de química, y a partir de ese momento nació una vocación que, con talento, pasión y esfuerzo, la ha convertido en una de las científicas más prestigiosas del mundo por sus aportaciones en la investigación del melanoma.
Por eso, ayer, toda la amplia representación de la sociedad que se dio cita en el Museo Santiago Rey Fernández-Latorre celebró con admiración la humildad de una mujer que, pasito a pasito, con tenacidad y mucha valentía, ha conseguido poner a Galicia en lo más alto. «Necesitamos más mujeres como Marisol» fue una de las frases más repetidas en un acto que volvió a demostrar que, por muy convulsos y revueltos que sean los tiempos, solo en la unidad y el compromiso hay progreso.